VINOS Y »

jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Y ahora qué?

En el Reino Unido hay una chica de 13 años que se niega a un trasplante que le puede salvar la vida.
Resulta que la niña en cuestión ha tenido leucemia desde los cuatro años, por lo que sabe lo que es pasar largas tandas de quimioterapia, operaciones,...
Aunque el trasplante podría alargar su vida, esta chica está harta de tanto sufrimiento y ha decidido, con el apoyo de sus padres, que no quiere ni una operación más, aunque sabe que esta decisión devendrá en una muerte casi segura antes de seis meses. Supongo que ya habéis oído hablar del tema.

En principio, todo esto me produce mucho rechazo. Primero, porque para mí, mientras exista la posibilidad de recuperarse y superar una enfermedad, no concibo que alguien elija morir. No es una enferma terminal, no se trata de alargar su vida, sino de curarla (aunque el trasplante pueda salir mal, o no ser suficiente: ese es uno de los riesgos inherentes a cualquier operación). Segundo, y fundamental, porque creo firmemente que una niña de trece años no tiene capacidad, y menos después de pasarse 9 de sus trece años entrando o saliendo de hospitales, para valorar con la suficiente madurez lo que su decisión conlleva. Porque no sabe lo que es una vida normal, no sabe lo que se va a perder.

Mi doña se pregunta ¿no tiene madurez para conducir, pero sí para dejarse morir? A mí me parece que la influencia de la opinión de los padres pesa sobre la de la propia niña. Que me digan a mí si no soy capaz de convencer de algo tan importante a un hijo mío de esa edad...

Pero, puestos a ponerme en la otra esquina del ring (algo que suelo hacer), también pienso que se trata de respetar la decisión de una persona. Promulgamos leyes que defiendan especialmente a los niños, ¿pero no les dejamos decidir sobre su propia vida?

Hace unos años (no tantos), había conceptos como homosexualidad, madre soltera, inseminación artificial, matrimonio gay, eutanasia, o incluso aborto o divorcio, eran ideas extrañas, escandalosas e inadmisibles. Y sin embargo, aunque con matizaciones en algunos casos, ahora nos parecen términos normales, admisibles e incluso razonables, dentro de algunos parámetros. Quizá estemos ante otro caso que dentro de unos años contemplaremos desde la más absoluta normalidad. Quizá...

3 comentarios:

Mayordomo Valmaseda dijo...

Este caso jamás será normal porque es ilógico de todo punto. Es una estupidez no someterse a una operación que con toda seguridad gracias a ella puedes salir curada. Esto debe ser ideita de esos miserables energúmenos de sus padres para salir en la tele y ganar dinero, y si no, tiempo al tiempo.

Anabel dijo...

Buenos días!

Uuuufff es una tema delicadísimo. Desconocemos absoltamente el sufrimiento de esa familia y por lo que he leído, hay una probabilidad muy alta de que esa operación no salga bien...y aunque a mí me gusta hacer de abogada del diablo, en este caso estoy absoltamente de acuerdo con vosotros:

1. Si hay vida, hay esperanza
2. Con 13 años, no tienes la madurez para tomar ninguna decisión, y menos sobre algo así.

Sea como sea, este caso no ha dejado indiferente a nadie!

CaprichosaMafalda dijo...

Eo!!
QUe tal?
Yo creo que la pequeña debe tener derecho a opinar en algo tan importante. Y aprecio mucho el hecho de que los padres sepan entenderlo. Escribo esto mientras mi pequeño se mueve en mi interior. No lo he tenido nunca en los brazos, pero ya es toda mi vida. Y no me se imaginar sin él cerca de mi.
Lo que si que sé es que una vida sufriendo... para mi no es vida. Y si cuando un mayor de nuestro alrededor se pone enfermo y no se vale por él mismo, y ya no es consciente, eso para mi ya no es vida, porque estan sufriendo. Pues mucho menos lo quiero para una jovencita. Que si, puede tener toda una vida por delante, pero... que vida? Le aseguran en que condiciones quedará??

Petunicus