Federico Jiménez Losantos y el sectarismo

He leído la entrada (y los comentarios) sobre Jiménez Losantos en el blog de Más Claro, agua, y me he quedado con ganas de decir alguna cosa al respecto. Pero claro, es el blog de otro y no me gusta acaparar el espacio de los demás, así que lo pondré por aquí. Vaya por delante que el señor Jiménez Losantos no me cae bien, ni simpatizo con sus ideas. Me parece un personaje sectario, que intenta adoctrinar a su audiencia. Y no me parece que los medios de comunicación tengan ese cometido. De hecho, de ahí parte mi desencanto con los medios. Además, la forma que tiene este señor de exponer sus ideas es particularmente violenta, y, desde mi punto de vista, atenta continuamente contra la buena imagen de ciertas personas e instituciones que lo único que hacen es un trabajo distinto al que a él le gustaría que hicieran.

Pero dejemos de lado este caso. Hablemos en general. A mí lo que me retuerce el estómago es la constante manipulación a la que somos sometidos diariamente por los medios, y de la que no nos quejamos porque nos hace gracia, o por que entendemos que así es como funcionan la cosas.
¿Dónde está escrito que había que funcionar así?

En una asociación de la que formé parte, terminé por ser mal visto al criticar el sectarismo de la mayoría que tenía razón en contra de aquellos que no la tenían. Porque, como no tenían razón, no pasaba nada por criticarles, humillarles, arrinconarles y negarles el pan y la sal. Cuando alguien es "malo", se le puede putear. Y aquellos que no quieren putearles son sospechosos, porque, de alguna forma, se entiende que les justifican, que les defienden, que, de alguna forma, les dan la razón. Así que o te apuntas con la masa, piedra en mano, dispuesto a lapidar, o al hoyo contigo también. Pero ese afán colectivista es el germen de las grandes injusticias, porque la reacción de la mayoría suele ser desproporcionada.
Lo vemos en Gran Hermano, sin ir más lejos. Nos encontramos una persona que molesta a los demás, que se pone a toda la casa en contra, y al final terminan pasándose tanto con él que nos da hasta penilla (¿os acordáis de Pepe, o Virginia de O.T.?).
Otra vez, viviendo en una residencia, se me ocurrió hacerle una broma a un chico que no las aguantaba ¡maldita la hora! Me montó tal pollo delante de los demás, que puso a toda la residencia en mi contra. Pasó el tiempo, y uno a uno fueron volviendo a tratarme, disculpándose porque se había montado una bola de nieve de una tontería, pero a mí me habían jo...robado durante un semestre entero, y sin derecho a quejarme porque era el malo.

Federico Jiménez Losantos es un sectario, repito, alguien que está aprovechándose de su labor para hacer propaganda de sus ideas, por encima de la verdad. No lo justifico. Pero el que no sea un sectario comedido, elegante e incluso gracioso no lo hace más sectario que los demás.
Porque no es el único. Los medios están infectados de sectarismo, porque es su forma de pagar las cuentas. Abonándose a un bando.
¿Qué me decís de "La Razón", del "ABC", de "El Mundo" o de "El País"? ¿Y el diario "Público"? Estíbaliz Gabilondo, la sobrina de Iñaki, que sale en Caiga quien Caiga, también lo es. Eva Hache o Quequé también. Isabel San Sebastián, María Antonia Iglesias, Enric Sopena, Alfredo Urdaci, Buenafuente, ...
¿Criticamos, todos a coro, a Losantos porque es "malo", o porque es un malo en minoría? ¿O un malo antipático?

Durante un tiempo tenía la ilusión de trabajar en un medio de comunicación, hasta que me di cuenta de que los medios de comunicación habían muerto. La verdad ya no es importante. Lo azul es bueno, y lo rojo es malo (o al revés). Sin excepciones. Porque ahora son empresas informativas. Y como empresas, venden la información que interesa a sus accionistas, y en la forma y manera que a éstos les interesa. Y a los demás, que nos zurzan.