VINOS Y »

miércoles, 8 de octubre de 2008

El latiguillo de mis recuerdos deportivos

Me podía haber documentado antes de escribir este post, pero prefiero jugar con mis recuerdos. Disculpad si no son exactos, pero es lo que hay (la edad no perdona):


Del deporte de los ochenta recuerdo el berrinche que me cogí cuando el Barcelona fichó a Maradona. Por entonces sólo podían jugar dos extranjeros en cada equipo, y el Barça ya tenía a Chúster (así se le llamaba) y a Alan Simonsen, un bajito delantero danés que me encantaba. La llegada de Maradona supuso el adiós a Simonsen, que era mi jugador preferido. Yo quería ver a Simonsen y a Maradona juntos, antes que al alemán antipático, pero no pudo ser.


También recuerdo al Naranjito, más que los Mundiales. Los Mundiales fueron un fiasco para el equipo español, aunque yo flipé con Paolo Rossi, que me pareció un magnífico delantero.


En el 84, la Eurocopa de los cortes televisivos (en dos partidos se nos fue la señal, y nos perdimos el gol de Maceda contra Alemania que nos plantaba en la final). La final contra Francia, y lo mal que me cayó que Platini celebrara tanto un gol tan de churro (luego los he celebrado peores).


También la final de baloncesto de las Olimpiadas. Me puse pesadísimo e insistí a mi familia para que me despertara para verla, y cuando lo hicieron aguanté despierto menos de diez minutos. Aún así puedo decir que la vi...bueno, un poco.


José Luis Laguía fue mi primer ídolo en el ciclismo, antes que Gorospe, Belda, Ángel Arroyo, Cubino, Fede Echave y por supuesto Perico, el campeón que tanto nos emocionaba en las cuestas.


Era la época de Emilio Sánchez Vicario y Segio Casal, que jugaban los campeonatos de individual y dobles, y conseguían lo que podían en tenis.


En balonmano, Barcelona y Atlético de Madrid se disputaban las ligas, y durante algunos años el balonmano se entendía como el segundo deporte en España. Recuerdo un gran pivote del Atlético que yo quería para mi Barça, pero lo que no recuerdo es el nombre.


Atletismo...se jugaba un campeonato de Europa por clubes, y ése era el único deporte en el que no era del Barça (que también tenía sección, no sé si era el Barcelona o el Club Natación Barcelona), sino del Larios, que un año incluso fue campeón de Europa.


De Ángel Nieto sólo recuerdo su retirada, y no sé si lo viví o lo he visto en documentales, después.


También eran los años de Jordi Tarrés, el ocho veces campeón del mundo, que hizo del Trial un deporte digno de ver.


Pero en todos mis recuerdos persiste una coletilla, la de "nuestro campeón más internacional", asociada siempre al nombre de Severiano Ballesteros.

Ahora que tenemos tantos campeones internacionales y en tantos deportes distintos, tenemos a Seve como uno más. Pero durante muchos años fue el único, el que nos identificaba en el extranjero. Sólo recuerdo dos victorias suyas, que yo viera en directo. Alternaba grandes torneos con otros en los que no pasaba el corte del segundo día, y desde luego no fue el gran dominador de su deporte, como ahora lo sería Tiger Woods. Pero ganó grandes torneos, y su estilo de juego era espléndido. Dejó grandes golpes en los torneos más importantes y se ganó el respeto de todo el mundo.

Dejo aquí mi apoyo a Severiano Ballesteros ahora que está pasando momentos difíciles. Para mí está en el pedestal de la inmortalidad, sobre una leyenda que dice: "Nuestro campeón más Internacional".

No hay comentarios: